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      Acoso Escolar   o 


              Bullying

Hay niños que tienen miedo de ir al colegio porque reiteradamente están siendo víctimas de la intimidación y el acoso de algunos de sus compañeros. Es muy importante saber si en el centro escolar se están produciendo estas actitudes agresivas para tratar de resolverlo. Veamos a continuación los rasgos más característicos del acosador y de la víctima, y qué medidas podemos tomar para evitar el bullying.

 

1. ¿Qué es el acoso escolar o bullying?

2. Tipos de acoso escolar

3. Perfil del acosador

4. Perfil de las víctimas

5. ¿Qué podemos hacer?


 1. ¿Qué es el acoso escolar o bullying?

El acoso escolar es una forma de agresión reiterada que un niño o grupo de niños ejercen sobre otros a través de la intimidación física, verbal o emocional, con la intención de causarle daño o miedo.

 

Normalmente la violencia que ejercen los niños es física: pegar, golpear o empujar, mientras que la que ejercen las niñas es sobre todo verbal y emocional. Ellas suelen ridiculizar, insultar y aislar o dar de lado. Es un tipo de agresión más sibilina pero el efecto es el mismo, amedrentar y atemorizar a la víctima, con el único objetivo de sentirse fuerte sobre otros.

 

Aunque esos son los tipos de abusos más habituales, también ocurren, aunque con menos frecuencia, las amenazas con armas, aquellas en que se obliga al niño a a realizar acciones que no desea y el acoso sexual.

 

 2. Tipos de acoso escolar

    1. Acoso verbal: Se manifiesta a través de insultos, burlas, apodos ofensivos, amenazas o comentarios humillantes dirigidos hacia la víctima.

 

   2. Acoso físico: Implica el uso de la fuerza física para agredir o lastimar a la víctima, como empujones, golpes, patadas o agresiones con objetos.

 

   3. Acoso psicológico o emocional: Se caracteriza por el hostigamiento constante, la exclusión social, la difamación, la manipulación emocional, la intimidación y la humillación con el objetivo de minar la autoestima y el bienestar emocional de la víctima.

 

   4. Acoso sexual: Es aquel en el que se producen insinuaciones sexuales no deseadas, tocamientos, abuso sexual o comentarios obscenos, generando un ambiente hostil e incómodo para la víctima.

 

   5. Acoso ciberbullyng: Es aquel que se utiliza para describir cuando un niño o adolescente es molestado, amenazado, acosado, humillado, avergonzado o abusado por otro niño o adolescente, a través de Internet o cualquier medio de comunicación como teléfonos móviles o tablets.

 

 3. Perfil del acosador

El ambiente en el que vive el niño tiene una influencia casi decisiva en su comportamiento. Muchas veces son víctimas de abusos y malos tratos, carecen de afecto y se educan en un entorno familiar problemático, en los que es habitual la falta de atención y control de los padres.

 

Son niños que no se sienten queridos y que tratan de suplir esta carencia, utilizando la violencia como medio para conseguir cosas, alcanzar protagonismo o sentirse respetado. En el fondo, tienen un nivel de autoestima muy bajo y un sentimiento hostil hacia los demás, descargando sobre sus compañeros sus frustraciones y problemas.

 

Pero como estos niños no actúan solos, nos encontramos con aquellos otros que el acosador utiliza para llevar a cabo sus acciones, actuando como sicarios de él. En principio, lo hacen porque son débiles e inmaduros y se dejan llevar, o porque sienten miedo de ser ellos las víctimas. Pero con el tiempo lo harán por placer o para mantener la amistad del acosador. Si no cesan en sus acciones, llegarán a convertirse en auténticos acosadores.

 

Normalmente, buscan aquellas víctimas que ellos consideran más vulnerables. No es necesaria la provocación. Ellos actúan sin motivo, tan sólo para satisfacer sus necesidades de violencia y el placer que les produce la humillación y el trato vejatorio en sus víctimas. Así se sienten poderosos.

 

 4. Perfil de las víctimas

Puede ser cualquiera pero sobre todo se fijan en los más débiles. Niños inseguros, tímidos, introvertidos o que tienen alguna característica física que les diferencia del resto como ser gordo, bajito, llevar gafas o sacar muy buenas notas.

 

Los niños víctimas del acoso tienen miedo de ir al colegio y de encontrarse con sus agresores. Se sienten desprotegidos e indefensos ante ellos y observan cómo sus compañeros permanecen quietos, sin defenderles ni ayudarles ante esta situación. Tal vez porque ellos también les tienen miedo.

 

El lugar donde esto ocurre es en las proximidades de los centros escolares o en el interior de los mismos, bien en los aseos, pasillos, patio o en las aulas. En algunos casos sucede incluso delante de los profesores, sintiéndose muchas veces incapaces de resolver el problema. Por esta razón, el niño se siente aún más solo y desprotegido, comprobando cómo los profesores y el centro escolar generalmente no logran resolver el problema.

 

El efecto que el acoso puede causar en los niños es demoledor. Se convierten en niños temerosos y humillados, y afecta enormemente a su autoestima y equilibrio emocional, llegando incluso a pensar en el suicidio.

 

 5. ¿Qué podemos hacer?

Si observas que tu hijo está siendo acosado, debes ponerlo en conocimiento del centro escolar para que conjuntamente podáis acabar con el problema.

 

Probablemente tu hijo no te lo cuente por temor a represalias mayores. Por eso, es importante que seas observador y si ves que repentinamente no desea ir al colegio, parece angustiado, ausente, tiene pesadillas o llega a casa con los libros rotos o con heridas, tal vez esté siendo víctima de un acoso.

 

Muéstrale tu apoyo y haz que desarrolle la seguridad personal necesaria para afrontar el problema y en caso extremo cámbialo de centro escolar.

 

Para prevenir el acoso:

- Padres

 Es necesario que los padres sean conscientes de la necesidad de educar desde muy temprana edad, corrigiendo las malas formas y conductas de nuestros hijos. En toda familia debe haber unas reglas que cumplir y unos modos de actuar.

 

Los padres deben saber lo que hacen sus hijos y con quién van. Tener una comunicación cordial y fluida con los hijos facilita el control sobre los mismos y, por tanto, ayuda a prevenir que su hijo pueda convertirse en un intimidador.

 

- Centros escolares

 Los centros escolares deberían adoptar medidas anti-bullying promoviendo la comunicación alumno-tutor, concienciando a los niños de la obligación de informar si son testigos o víctimas de intimidación, introduciendo charlas u obligándoles a realizar trabajos sobre la convivencia y la no agresión y, en caso necesario, poner vigilantes en el centro escolar.

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